Francisco Canals y Ambrós, conocido como «el Santet» (Barcelona, 1877-27 de julio de 1899) era un joven de Barcelona que murió a la edad de 22 años. Enterrado en el Cementerio de Poblenou de Barcelona, goza de una veneración popular que le atribuye la concesión de favores.
En vida fue una persona muy querida por vecinos y conocidos. Se sabe que era una muy buena persona que ayudaba a sus semejantes, tenía capacidades sobrenaturales (entre otros, sueños premonitorios) y su muerte fue muy sentida. Pronto se atribuyeron a su intercesión facultades milagrosas y se instituyó un culto popular, sin ningún apoyo de las autoridades eclesiásticas.
Nació en la Plaza de la Lana en 1877, según se dice, su padre era ciego y tenía un establecimiento de esteras. A los 14 años entró a trabajar a centro comercial El Siglo, situado en las Ramblas (del número 3 al 7 y del 10 al 14 de la calle Xuclà y plaza Bonsuccés) donde se ganó una sólida reputación de inmensa bondad. Se comenta que repartía su sueldo entre los pobres y también se le atribuían poderes sobrenaturales, entre los que destacaban las predicciones de futuro. Cuando había sobrantes de ropa, los recogía y daba a las personas del barrio que pasaban necesidades: quizás por eso lo despidieron, o por la predicción que hizo que El Siglo se quemaría.
Tenía la fama de hacer favores, ayudar y aconsejar, además de predecir. Parece que tenía capacidad de curar por imposición de las manos y de conocer la fecha de la muerte de una persona sólo mirando fijamente a los ojos: mucha gente aseguró después de que él mismo había predicho su propia muerte. También se dice que anunció que su padre recuperaría la vista justo después de su muerte, como ocurrió.
La causa de la muerte de Francisco Canales y Ambrosio no está clara: algunas fuentes dicen que murió de tuberculosis en su casa; otros, que murió por las heridas causadas en ayudar a unos vecinos en un incendio en el edificio.
Su primera sepultura fue en un nicho alto del Cementerio Viejo. Esto dificultaba la colocación de flores y otros objetos, que se tenía que hacer con una escalera. Como la veneración por el chico se había incrementado y mucha gente iba para rezar y dejar exvotos, 1908, el Ayuntamiento trasladó los restos al nicho donde ahora se encuentra, al mismo nivel, y dejó la tumba exonerada de pagar tasas. A ambos lados del nicho se reservaron doce nichos más, desocupados, que sirven de altares donde los visitantes dejan flores, velas y todo tipo de recuerdos y exvotos, así como un espacio delante, siempre lleno de flores y de exvotos . Se trata del nicho es el número 138 interior centro de la isla 4a, departamento Y, identificado como "Propiedad funeraria de Francisco Canals Ambrós fallecido el 27 de Julio de 1899 a los 22 años y 2 meses." En la tumba hay una foto del fallecido y ante la lápida un vidrio transparente con una pequeña abertura para poder depositar mensajes de peticiones al santito.
Inmediatamente después de su fallecimiento, las dependientas que lo conocían empezaron a visitarlo movidas por la esperanza de ver satisfechos sus anhelos. También se afirma que las primeras en llevar flores en el nicho fueron las propias floristas de las Ramblas o miembros de la etnia gitana . Poco después de su muerte quedó instituido un culto de veneración en la creencia de que concedía favores, siempre que no estuvieran relacionados directamente con el dinero. También se extendió la fama de casamentero y de ayudar en la fertilidad. La tradición cuenta que si se visita la tumba de Canales hay que hacer una oración y, tras pedir el deseo, marchar por el lado derecho del nicho, sin volver atrás sobre los propios pasos: sólo en dar la vuelta para salir hay que mirar la tumba de lejos para que se cumpla lo que se ha pedido. Después de recibir el favor hay que volver a dar las gracias. Según se cuenta, no defrauda a nadie que le solicita un favor: los más solicitados están relacionados con la salud.
Al poco tiempo de morir, la lápida se resquebrajó en diagonal y, en repararse, se volvió a resquebrajarse exactamente por el mismo lugar ante los operarios y público asistente. Una leyenda dice mirando fijamente la grieta se podía ver la luz del más allá. Se decía que desde el primer nicho donde fue enterrado se sentía un grito proveniente del interior; también corría el rumor de que alguien intentó profanar la tumba y del interior salió un grito que alertó el guarda del cementerio.
Del Santet han escrito artículos de prensa y ha hablado en radio y televisión. Pero la devoción popular llega incluido en la intención de hacer una película. Hay dos libros, uno de estilo "gótico" de título Retrum de Francesc Miralles y el otro Habitaciones cerradas de Care Santos.
(Info wikipedia)
Anita curioso reportaje Feliz Día de la Mujer. Saludos
ResponderEliminarSaludos Anita¡
ResponderEliminarMe a gustado mucho tu reportaje , muy interesante y curiosa historia, te hace reflexionar el que hay mas allá de la muerte…
Cuídate , un abrazo fuerte
Ha sido un regreso impactante a tu blog, he estado desconectada varios meses pero la vuelta a merecido la pena ;)) un reportaje fantástico
ResponderEliminarUn abrazo